lunes, 21 de febrero de 2011

Educar

Educar es lo mismo
que poner un motor
a una barca…
hay que medir, pesar,
equilibrar…
y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar
en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y kilo y medio
de paciencia concentrada.

Pero eso es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos
por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
GABRIEL CELAYA